domingo, 15 de febrero de 2009

quiero no quiero que salgas de mi cabeza

definir lo que siento cuando me toca es difícil, incluso ahora que es tan reciente que todavía lo huelo, todavía siento sus dedos en mi cara, en mi cintura, en mis muslos, ... en mí.
Sé que como ahora me siento está condicionado por el hecho que hace menos de 10 horas todavía estaba con él. Y que este movimiento extraño del corazón se deba más a la pasión vivida este fin de semana a que pueda estar sintiendo algo más allá de lo que me gustaría permitirme. Pero añoro su olor, su tacto, su voz. Reprimo mis ganas de enviarle un mensaje diciéndole las ganas que tengo de volver a oírle y sentirle.
Ha sido un fin de semana fantástico, aunque todavía siento miedo, en pequeñas dosis y de forma puntual, pero miedo, al fin y al cabo, volver de pasear y que ya no esté en mi cama; acabar de comer, y que quiera salir huyendo. En cierto modo, él está haciendo salir viejos fantasmas, y eso no es bueno. Está bien identificarlo, pero ahora debo controlarlo. No puedo permitirme volver a caer en conocidos errores que minen mi autoestima. Porque sí, tengo miedo de no gustarle, de que descubra en mí una niñata que sólo piensa en música y músicos.


Sí, ha estado bien... respondiendo a tu pregunta de esta mañana. Ha estado muy bien. Quizás demasiado porque no te puedo sacar de mi cabeza. Pero, lo peor, es que no quiero hacerlo.

No hay comentarios: